Una noche con Judit

Kiko Hernández estrena blog en la web de T5. En ''El confesionario de Kiko'' nos contará que es de la vida los ex- gran hermanos. La primera entrada la ha dedicado a Judit, os dejo lo que pone:

Una ganadora a la que no se le ha subido “el pavo”
A punto de terminar su reinado como flamante ganadora de GH9, Judit Iglesias se muestra más natural que nunca.

Confieso que jamás entendí cómo una gótica, hortera, con pintas de poco aseada, podía ganar un concurso de estas características, y encima estando de reserva. Pero el sábado día 13 lo entendí todo.

Fue en la discoteca India, donde conocí a una Judit totalmente distinta. La verdad es que me impresionó: una tía de 1,80, no guapa pero sí atractiva, con un tipazo que quita el hipo y una sonrisa que te hace olvidar las penas.

No es sólo fachada, porque después de charlar durante aproximadamente una hora, mientras cenábamos, me demostró que era inteligente, que tenía los pies en la tierra.

Me confesó que el mundo se lo pone por montera, y que se había retirado durante 4 meses para escribir un libro, que saldrá a primeros de octubre, del cual no me podía relatar la temática, ya que se lo prohíbe su editorial,-aunque yo he hecho mis averiguaciones y trata de sexo-.

Le pregunté cómo se sentía ante la pérdida del reinado de ganadora GH, y me respondió que lo único que va a sentir cuando vea la casa de Guadalix con los nuevos concursantes es morriña, que va a estar mucho más cercana a ellos por todo lo que ha vivido, no como otros años.

Le gustaría llevarse bien con todos los GH de su edición, pero eso es imposible porque, según me cuenta, cada uno es de su padre y de su madre, muy distintos entre ellos. Y a los que más aprecia son a Andala, Eneko y Karen.

Me dio consejos para los nuevos Gh10: que no se agobien, que disfruten a tope la estancia en la casa, y que no piensen en ganar, porque si difícil es entrar, más difícil es ganar, es una oportunidad única e irrepetible.

Gran hermano le ha ayudado y perjudicado lo mismo. Es una chica muy melancólica, con muchos recuerdos que a veces le abruman y no quiere por nada del mundo olvidar la experiencia.

Después de la cena estuvo bailando toda la santa noche, disfrutando cada segundo de su vida como si fuera el último, regalaba sonrisas a todo el mundo, se hacía fotos con todo quisqui y se subió a la barra y al escenario a mover el esqueleto como una loca. Y es que a Judit no se le ha subido “el pavo”.

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*Pinchando aquí veréis las fotos de Judit.

Saludos.